OYÁ

 

 

 

IYÁNSÁ - IYÁNSÁN - YÁNSÁ - YÁNSÁN - YÁNSA ORÍRÍ

 

El Espíritu del viento

El Espíritu del golpe eléctrico

El Espíritu del viento de la muerte

El Espíritu de La Que Reina en el Fuego

 

Orísha femenina muy venerada por la tradición en tierras antiguas de Otá, en tierras antiguas de Kóso, donde fue reina, y también en tierras antiguas de Oyó, por lo que ha sido llamada: Madre de Oyó. Venerada por la tradición como divinidad regente del río Níger y de sus afluentes.

Oyá tiene una hermana virgen, llamada Ayaó.

En tiempos en que Oyá se llamaba Adikún, fue llevada como esclava a Damé, y allí se unió carnalmente con Óddudúwa. De esta unión nació Éshu Olankí.

Fue esposa de Oggún.

Amante eterna de Shangó, con quien tiene vínculos profundos.

Oyá tiene marcas tribales en su rostro, a cada lado.

 

Oyá es el Espíritu del Viento, y corregente de los Cuatro Vientos. Es el Viento de la Muerte. Es la Regente del Viento Invisible de Éggun. Regente de los vientos huracanados, de las turbonadas, tempestades y huracanes. Se manifiesta de manera repentina, desplazándose en los vientos rápidos, con preferencia de movimientos giratorios como los remolinos.

Corregente del fuego.

Dueña de la centella.

Oyá es la Reina del Cementerio o Camposanto, considerado este como una entidad bien estructurada, como un organismo vivo, y con funciones evolutivas específicas e importantes. Oyá permanece junto a las puertas de los cementerios o en sus alrededores.

Son las puertas de los cementerios y sus alrededores, así como los huracanes, los vientos muy intensos, el fuego, la centella, y sus árboles y animales de poder, las evoluciones naturales impregnadas de su santa presencia.

Oyá es la mujer formidable que lubrica su cuerpo con manteca de corojo.

 

Oyá usa vestidos multicolores, siempre excluyendo al color negro, y de su falda cuelgan pañuelos de nueve colores, excluyendo el color negro.

Oyá es la dueña de todos los secretos del cobre.

Oyá usa nueve manillas de cobre, y un collar que se confecciona con cuentas o mostacillas de tonos matipó, rojo punzó, marrón con rayas negras y blancas.

Siendo reina, usa corona, y tiene su corona nueve puntas, de cada una de las cuales pende un instrumento, que son sus herramientas y sus armas.

Usa irúke, guadaña, y también una careta o máscara, con la que oculta su rostro de destrucción.

Algunas especies botánicas relacionadas: aguacate morado o palto morado, berenjena, ciruelo morado, papaya, geranio, granado

Día de la semana en que rige: viernes

Su número: nueve

La danza de Oyá es típicamente un baile agitado, impetuoso, frenético, con una acción coreográfica rapidísima, vertiginosa, Durante su baile, forma remolinos, girando siempre a la izquierda, y agita el irúke en su mano, o porta en su mano derecha una llama de fuego purificador.

Su carácter es guerrero, y es muy peligrosa a la hora de odiar.

Cuando Oyá asiste a una batalla, acude con un ejército conformado por entidades de Éggun, pelea junto a quien apoya, combate con dos espadas, y aniquila con la centella.

Protagonista de múltiples proezas. Es la única que puede asir por los cuernos a un búfalo descontrolado, y controlarlo. Destruyó a los enemigos de Órunmilá cuando los demás orísha fracasaron en esa empresa. Acompañó a Shangó en sus campañas. Encontrándose Shangó preso, acudió en su ayuda, rompió con su centella barrotes y cerrojos, y lo liberó.

 

Excelente madre. Oyá es la madre de los Nueve Ancestros Principales. Para salvar a sus hijos, Oyá renunció a comer carnero, cediendo su carne a Shangó.

Es apasionada, ardiente, impetuosa. Muy fiel en sus afectos.

Una de sus características, es su lealtad.

 

 

 

TEXTO: ODDÍKÁ EBÓÍN LAIYÉ